Agricultura del espíritu

Verano

Este verano pude pasar mucho tiempo en el campo, con mi familia y en especial de disfrutar de la unión entre mi hija, mi sobrina y mi sobrino. Me ha encantado experimentarme como «madre» de tres. 

De organizar tiempo, de mediar entre conflictos, de tratar de encontrar los puntos medios, de acompañarles. De hacer propuestas, de ordenar lo justo y necesario el poema de la diversidad en la convivencia. De verme en la dificultad de seguir mi tendencia y de sentirme forzada por el amor a la mezcla, alimentar menos mi ensimismamiento y acabar con la pereza. 

 

De cantar juntos y me vuelvan loca. 

 

He sentido mucho agradecimiento. Y emoción de tener conversaciones, de escuchar, preguntarles cada mañana si recuerdas que soñaron como siempre con mi hija. He sentido algo distinto, el pequeño círculo de energía. Que me enseñen y también ser escuchada. Me he sentido orgullosa y también aveces preocupada. Me he sentido responsable y se han encendido las ganas, de volver al origen en las edades y dedicarme a más infancias. Mucho más enfocada, o reajustar el enfoque. 

 

Todo lo que hago y he aprendido ha creciendo con ella. Ceremoniadecuido es la inspiración de una madre que hace sus cosas con las cosa que hace su hija. Procesos juntas. 

Desde el canto embarazada, en la crianza, a los baños en el cubo y la cúrcuma en la cara. Todo lo que grabé en los primeros años recogidos en «Lunas, Flores y Serpientes». 

 

Trascendí y comprendó mucho dando la teta. Que lo que yo le daba, no era mi mensaje, si no el de la madre Tierra. 

 

Todo esto ha pasado mientras navegaba junto a mis compañeras de viaje con la Luna y el Sol en la Tierra. Entre el lenguaje del canto y nuestros encuentros. Preguntas y sueños. Una mezcla de corrientes entre historias, unas con otras. 

 

Esta lunación de Leo nos dejó un sello, que ahora está cayendo. Yo ahora estoy de vuelta con mi programación, preparándome para presentarme al cuerpo de maestros y maestras. 

 

También con ganas de crear un espacio para niñas más mayores en la isla. Aunque sea pequeño, posiblemente con amigas. Algo real, dentro de las posibilidades.

 

En el último encuentro con mi tripulación, les compartí que me di cuenta que el año que viene no podré repetir el viaje grupal como hasta ahora de «La Flor de mi voz, es mía». 

 

Cambio de ciclo y reordenarán. 

 

El giro de la lunación de Virgo,

y la fertilidad d ella escucha. 

 

Flores, 

Pilar